138 emprendedoras realizan capacitación que les cambiará la vida. El programa, que incluye cuidado de adultos mayores y oficios digitales, ya logró que el 70% de las participantes de 2024 mejoraran sus ingresos.
Con una ceremonia cargada de testimonios emotivos, 138 emprendedoras de la región iniciaron esta semana su capacitación en la segunda versión del programa «F3: Fomento Femenino FOSIS», una alianza entre el Fondo de Solidaridad e Inversión Social y AIEP Antofagasta que busca derribar barreras laborales mediante oficios técnicos. Mujeres de todas las edades recibieron sus kits de bienvenida para formarse en áreas como fontanería doméstica y cuidado geriátrico, tradicionalmente masculinizadas. Claudia Ardiles Tagle, directora regional del FOSIS, señaló:
«Esta segunda versión es tremendamente relevante. El año pasado participaron 60 mujeres, este año son 138. Además de la formación en oficios, hay un acompañamiento pedagógico y emocional de gran valor».
El programa –que incluye también gastronomía, masoterapia y costura– suma módulos innovadores:
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Herramientas digitales para comercio electrónico
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Diseño de imagen visual de marcas personales
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Planificación financiera básica
Pía Barros, jefa de Gastronomía de AIEP y coordinadora del proyecto, destacó el rol dual de la iniciativa:
«Estas mujeres no accedieron al programa regular de FOSIS, pero ahora pueden capacitarse en oficios con nosotros. Esto no solo mejora su proyección laboral, sino que también fortalece el perfil de egreso de nuestros estudiantes, quienes participan como monitores». María Ignacia Ortiz, directora académica de AIEP Antofagasta, añadió: «F3 busca aportar a la pertinencia local. Estamos orgullosos de que nuestros estudiantes acompañen activamente este proceso, que combina formación técnica con compromiso social».
En el taller de cuidado geriátrico es el más demandado entre las mujeres emprendedoras, Lizeth Bustamante, enfermera y tutora, relató: «Enseñamos desde la toma de signos vitales hasta el manejo de lesiones por presión, todo lo necesario para mejorar la atención domiciliaria». Mientras que Belén Quezada, otra de las tutora a cargo, reveló el impacto comunitario: «Muchas cuidan a sus propios familiares sin formación formal. Este año el grupo creció tanto que tuvimos que dividirlo en dos secciones de alrededor de 60 personas».
El programa, que en 2024 logró que 7 de cada 10 egresadas mejoraran sus ingresos, ahora apuesta a superar esa marca. Estas valiosas instancias no solo enseñan oficios: son el primer escalón para que estas mujeres redefinan lo que significa ser trabajadora independiente.