Aún recuerdo esa tarde en que, como periodistas, llegó hasta nuestras manos la foto de Lucía Chicchi, que estaba desaparecida hace unos días y sus más cercanos estaban desesperados. Con el correr de las jornadas y en medio de muchas interrogantes, fue encontrada fallecida.
No pasó mucho, para que junto con iniciar una investigación por parte de Carabineros y la Fiscalía, se nos confirmara que el principal sospechoso era su exconviviente. Un hecho que, con toda la responsabilidad y respeto, hubo que informarlo, sobre todo cuando nos enteramos de lo escabroso de este caso.
Un asesinato siempre nos remueve los sentidos, pese a que llevamos años detrás de medios de comunicación. Fue esta semana, que el principal sospechoso de este crimen, el ciudadano boliviano David Alderete, pasó a ser condenado, tras confirmar su participación en el femicidio.
Si bien, los detalles me los guardo y como siempre, informamos lo que es necesario, para no re victimizar a Lucía, pero me sigue quedando la sensación, que tanto nosotros como profesionales de las comunicaciones, como la sociedad en general, seguimos en deuda con estas víctimas. Esta joven madre, había decidido decir basta e incluso, se le puede ver sonriendo en una fotografía que fue ocupada para buscarla. Pero, aun así, su vida terminó en manos de ese hombre que quizás cuantas veces le juro amarla.
Tanto las policías como del poder judicial e incluso autoridades, celebraron la condena de cadena perpetua a este hombre. Pero me quedó la sensación de impotencia, como ya me ha pasado con otros asesinatos hacia mujeres en Calama. Esto, ya que, en nuestras manos como periodista, tenemos muchos detalles y de verdad uno sueña con dejar de informar hechos tan crudos como es un femicidio.
Algo debemos intentar para dejar de escuchar y difundir historias de femicidios, que vulneran completamente los derechos de mujeres, madres y ciudadanas. Debemos ir por más, como medios, comunicadores y periodistas. Ya no sirve la simple visualización de estos casos, sino que hay que ocupar estas plataformas para hacer campañas de concientización que lleguen a las mujeres para que denuncien y se protejan.
No sirve el sensacionalismo y el morbo en este tipo de información, debemos empujar las redes de apoyo y accionar campañas comunicacionales para aportar nuestro grano de arena en la disminución de estos lamentables casos, que quedan olvidados o que sólo se suman a las estadísticas de violencia hacia la mujer en Chile.
Katherine Jofré Saavedra
Presidenta Comisión de Género
Colegio de Periodistas Consejo Regional El Loa