En la Provincia de EL Loa existe actualmente un 90% de mujeres reinsertadas socialmente, un número más que positivo y que difiere de décadas anteriores donde, además del delito, existía una visión en torno a lo que podían o no hacer las mujeres en el mundo laboral. Ver video aquí
Lograr la reinserción de mujeres y hombres, a través de una mirada que identifique las diferencias y con un fuerte acercamiento a la temática de género, es un trabajo en el que está empeñada Rosa María Labarca, asistente social de profesión, que trabaja como delegada de libertad vigilada de gendarmería. Una historia que conoceremos gracias al proyecto “Lideresas protagonistas del cambio para la Provincia de El Loa”, donde periodistas de la zona, levantarán 6 historias de mujeres de nuestro territorio. Estos reportajes son financiados gracias al Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2022 del Ministerio Secretaría General de Gobierno y del Consejo Regional de Antofagasta.
Desde hace más de 12 años, Rosa María Labarca trabaja como delegada de libertad vigilada de gendarmería, en el área de población con penas sustitutivas a la reinserción; es decir, personas condenadas por un tribunal a una pena distinta a la prisión. Este trabajo le ha dado la posibilidad de aplicar una transformación en el modelo de intervención que se puso en marcha en el país, con una visión de género que entregue igualdad de oportunidades tanto a hombres como mujeres, y con un sentido psicosocial que aprecie las diferencias y potencie conductas y aprendizajes en mujeres y hombres, aportando en su desarrollo personal.
Esta ha sido un área donde ella se ha destacado implementando el plan nacional de la institución, que busca la mejora continua en los procesos de reinserción, entregando definiciones claras en torno a la inclusión de género en los procesos de trabajo actual. “Hemos tenido un avance considerable en esta área, desde que yo empecé a trabajar, sobre todo con el modelo de intervención. En el pasado no se generaba diferencia y esto tiene que ver con la responsividad, el poder generar un tratamiento para cada persona, buscando sus propias características y con los estudios basados en la evidencia, pudimos detectar que efectivamente el tema de género es un factor que diferencia el tema delictual”, explicó Rosa María Labarca.
Agregó que “los delitos de las mujeres son totalmente distintos a la tipología de los delitos de hombre. También las causas de por qué cometen delitos son diferentes, al igual que la reinserción, entre hombre y mujer”. En este ámbito han logrado avances y la asistente social estima que en la Provincia de El Loa existe actualmente un 90% de mujeres reinsertadas socialmente, un número más que positivo y que difiere de décadas anteriores donde, además del delito, existía una visión en torno a lo que podían o no hacer las mujeres en el mundo laboral.
Modelo cognitivo conductual
El cambio en el modelo fue fundamental según explica Rosa María. “Antes teníamos un modelo que ni siquiera miraba estas características y no se estudiaba cada tipología teniendo en mente la variable de género, y desde que se cambió el modelo de reinserción, se apostó por este tema contratando más profesionales del área social que personas que salvaguardaran la seguridad de los internos, por ejemplo”.
La asistente social, agregó que a nivel interno “se utiliza un modelo cognitivo conductual, donde ven que las personas que cometen un delito tienen 3 variables, la conducta, el pensamiento y la emoción, por lo tanto, todos reaccionan de diferente manera y en todos estos estudios basados en la evidencia se encontró que la mujer reaccionaba diferente y en ese sentido la reinserción también debe verse desde un trabajo específico a las mujeres”.
Para la profesional, mirar la historia también ha sido crucial para evaluar los delitos y la reinserción. “Las mujeres, generalmente, por un tema patriarcal hegemónico, se han vinculado en un ámbito privado y doméstico. Tenemos la crianza de nuestros niños y niñas y eso va a pesar en el momento de decidir frente a un dilema moral. Tenemos que cuidar de nuestros hijos e hijas, tenemos que velar por el marido que incluso no trabaja, es alcohólico, nos golpea, hay que velar incluso por esa persona. Y qué hacemos, por tener que suplir económica y emocionalmente a una familia, por criar a los niños igual. Estos delitos, permiten, obviamente de una manera muy disfuncional, que la mujer pueda, por un lado, cumplir con sus deberes domésticos y además satisfacer las necesidades económicas de los hijos. Desde ese punto de vista, los pensamientos que generan esta conducta delictiva son muy distintos a los de un hombre, ellos tienen delitos de connotación más violenta y agresiva, a través del poder, de validarse, de sentirse superior al otro”, indica.
La reinserción: factor de cambio fundamental
El importante número de mujeres que ha logrado reinsertar a la sociedad, es algo que enorgullece a Rosa María Labarca. “Hemos tenido avances, en mi área que soy la delegada que tiene más casos de mujeres, la mayoría está en el área de la minería que es más rentable. También tenemos un programa que se llama PILSA, que fortalece el tema laboral, de capacitación y de nivelación de estudios, que es una herramienta de apoyo y donde se coordinan las mesas de trabajo que incorporan a empresas que apuestan por la reinserción”, sostiene.
Rosa María explicó que trabajan con 8 factores de riesgo dentro del programa de género que evalúa: la historia delictual; la educación y el trabajo; la familia y la pareja; el tiempo libre; la relación con sus pares; el consumo de alcohol y drogas; la actitud y orientación pro criminal y el patrón antisocial, en sesiones que son muy estructuradas y probadas. En definitiva, la implementación del programa de género a nivel nacional, busca que las mujeres vayan cambiando paradigmas, estos conceptos y pensamientos que dan conductas delictuales y la asistente social en ese sentido es tajante “si cambiamos estos pensamientos, vamos a cambiar las conducta. Cuando ya no se piense así, te aseguro que los delitos van a bajar y esa es la diferencia que nosotros hemos trabajado con estas mujeres, en cambiar esos paradigmas. Desde ese cambio es que nosotros tenemos el concepto de reinserción social”.