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Capacitaciones apuntan a mejorar la prevención de lesiones cutáneas, un problema frecuente y de alto impacto en la calidad de vida de personas hospitalizadas.
Con una alta participación de funcionarios clínicos, el Hospital de Calama Dr. Carlos Cisternas (HCC) desarrolló dos jornadas de capacitación centradas en el cuidado de la piel, enfocadas especialmente en pacientes con movilidad reducida. La iniciativa, organizada por la Unidad de Calidad y Seguridad del Paciente, busca perfeccionar el trabajo de los equipos clínicos, entregar herramientas concretas para la prevención de lesiones cutáneas y, en última instancia, elevar la calidad de atención en el recinto hospitalario. 
Las jornadas abordaron temas como la prevención y manejo de úlceras por presión y otras heridas dermatológicas comunes en personas postradas o con movilidad limitada. Según explicó Bárbara Soto, enfermera de la unidad organizadora, “las Lesiones Por Presión (LPP) constituyen la primera causa de eventos adversos asociados a los cuidados, cuya evitabilidad depende de la oportuna identificación del riesgo, de la implementación de planes de cuidados ajustados a sus necesidades, de las condiciones fisiopatológicas y de la disponibilidad de recursos apropiados para su prevención”.
Las actividades surgieron inicialmente como una única jornada, pero debido a la alta convocatoria se decidió duplicar la instancia para asegurar mayor cobertura y participación del personal. Los temas abordados incluyeron el uso correcto de apósitos especializados, técnicas actualizadas de curación, identificación de factores de riesgo y estrategias preventivas, con especial énfasis en pacientes mayores o con enfermedades crónicas.
“Como hospital estamos trabajando en implementar la Norma Técnica sobre prevención de lesiones por presión, esta coloca énfasis en la capacitación continua del equipo clínico, por lo tanto, esta instancia nos permite mantener a nuestros equipos clínicos actualizados en la prevención y manejo”, agregó Soto.
Las lesiones por presión no solo implican un desafío clínico, sino también humano. Son de aparición rápida, recuperación compleja y tienen consecuencias que van más allá del dolor físico: impactan en la calidad de vida de las y los pacientes, afectan a sus familias y elevan significativamente los costos asociados al sistema de salud.
Con este tipo de capacitaciones, el Hospital de Calama refuerza su compromiso con una atención más humanizada, técnica y oportuna, entendiendo que prevenir es siempre mejor que curar.
